El impacto de los incendios forestales en Brasil y Bolivia está provocando una significativa crisis ambiental en Sudamérica, al deteriorar la calidad del aire en diversas regiones. Este fenómeno, impulsado en gran parte por la deforestación y la quema descontrolada de tierras para la agricultura y la ganadería, se ve agravado por las prolongadas sequías que azotan la región.
La Amazonía se encuentra en una situación crítica debido a una sequía extrema. Los niveles de los ríos en la región están entre los más bajos registrados históricamente, lo que ha generado un aislamiento severo para numerosas comunidades rurales que dependen de estos cuerpos de agua.
El pasado martes 10 de septiembre, el Gobierno de Brasil reveló que desde el inicio del año, los incendios han devastado 6.718.025 hectáreas de la Amazonía brasileña, lo que representa aproximadamente el 1,6 % del área total del bioma.
Este alarmante dato señala la magnitud de la crisis y la urgencia de implementar medidas efectivas para mitigar el impacto de los incendios y proteger uno de los ecosistemas más vitales del planeta.