Luz Hurtado / Yo Amo Morelia
El tiburón blanco es un nadador excepcional, y su habilidad se debe a sus «dentículos dérmicos«. Estos dentículos, que en realidad son similares a escamas pero prácticamente invisibles, juegan un papel crucial en la capacidad de estos animales para nadar eficientemente. Estas estructuras minimizan la fricción con el agua, reducen las turbulencias y permiten que los tiburones se muevan a gran velocidad y con sigilo mientras buscan presas.Investigaciones recientes han mostrado que los dentículos dérmicos son fundamentales para el movimiento acuático de los tiburones, ayudándolos a desplazarse con mayor facilidad al reducir la resistencia y mejorar la hidrodinámica. Un estudio detallado de los dentículos del tiburón blanco ha revelado que su forma, que incluye protuberancias centrales y laterales, varía según su ubicación y es crucial para reducir la fricción en una amplia gama de velocidades, tanto en la caza rápida como en las migraciones lentas.El análisis hidrodinámico indica que estos dentículos facilitan la diseminación de los vórtices turbulentos generados por la fricción del agua, optimizando el desplazamiento del tiburón. Los estudios han demostrado que los tiburones blancos pueden alcanzar velocidades de hasta 6,7 metros por segundo (24,12 km/h) y realizar migraciones de hasta 20,000 kilómetros.
El equipo de investigación también examinó el dentículo de un tiburón blanco fallecido en 2014, usando tomografía de rayos X y modelos 3D para estudiar su estructura. Además, replicaron el estudio para estimar las velocidades de desplazamiento del megalodón, el tiburón prehistórico, sugiriendo que podría nadar entre 2,7 y 5,9 metros por segundo (9,7 y 21,2 km/h).Los hallazgos del estudio podrían tener aplicaciones más allá del agua, en áreas como el diseño de embarcaciones y la aviación, aprovechando la tecnología inspirada en los dentículos de los tiburones.