En medio de una creciente expectativa global, en Doha se desarrollan intensas negociaciones para alcanzar un cese del fuego entre Israel y Hamas. Este esfuerzo diplomático, liderado por el emir de Qatar, Tamim Bin Hamad Al Thani, cuenta con la participación clave de Steve Witkoff, enviado especial de Donald Trump, y Brett McGurk, representante de Joe Biden. La mediación se centra en resolver diferencias críticas que incluyen la liberación de rehenes, el repliegue militar israelí en Gaza y el flujo controlado de ayuda humanitaria. Desde Washington, Trump sigue de cerca los acontecimientos, mientras Biden, en los últimos días de su mandato, coordina con su equipo para respaldar las conversaciones.
Uno de los puntos más controvertidos en las negociaciones es la lista de rehenes que Hamas debería liberar en una primera fase, compuesta por 33 civiles, incluyendo mujeres, niños y heridos graves. Sin embargo, Israel ha exigido que también se incluyan soldados mujeres, una demanda que Hamas rechaza categóricamente. Además, la organización busca un intercambio de 50 prisioneros palestinos por cada rehén israelí, mientras Israel insiste en confirmar si los rehenes están vivos antes de avanzar. Otro desacuerdo central es la negativa israelí a liberar a palestinos implicados en el ataque del 7 de octubre de 2023, una demanda que Hamas mantiene.
Las tensiones también se centran en la presencia militar en Gaza. Hamas exige una retirada total de las tropas israelíes, pero el primer ministro Benjamín Netanyahu solo ofrece una reducción parcial, manteniendo el control de corredores estratégicos clave. Respecto a la ayuda humanitaria, Israel acepta el ingreso diario de 600 camiones con alimentos y medicinas, pero insiste en supervisar su distribución para evitar que caigan en manos de Hamas, lo que ha generado un nuevo punto de fricción.
Mientras tanto, las negociaciones enfrentan resistencia política interna en Israel. Ministros ultraconservadores como Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir rechazan los términos propuestos para la tregua de 60 días y amenazan con desestabilizar el gobierno. Netanyahu, en un intento de persuadir a Smotrich, se reunió con él sin obtener un compromiso claro. Posteriormente, el ministro publicó un mensaje en redes sociales subrayando la importancia del momento para la seguridad de Israel, dejando en suspenso su decisión. Las próximas horas serán determinantes para definir el futuro de este complejo proceso de paz.