Un equipo reforzado de más de 15,000 bomberos fue desplegado en Los Ángeles para combatir los incendios forestales que desde la semana pasada han devastado más de 170 kilómetros cuadrados. La situación se agrava con la llegada de nuevas ráfagas de viento, las cuales se esperan alcanzar hasta 120 kilómetros por hora este martes, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
A última hora del lunes, entró en vigor una alerta roja debido a la intensificación de los vientos secos y peligrosos de Santa Ana, que podrían prolongarse hasta el miércoles. Este fenómeno meteorológico pone en riesgo la seguridad de varias áreas densamente pobladas en el sur de California, incluyendo ciudades como Thousand Oaks, Northridge y Simi Valley.
Desde el 1 de enero, más de una docena de incendios forestales han estallado en la región, siendo el más reciente el lunes por la noche, en una zona agrícola de Oxnard. A pesar de los esfuerzos de más de 8,500 bomberos que trabajaron durante la noche en tareas aéreas y terrestres, las autoridades temen que los focos de incendio se propaguen aún más con la llegada de los vientos.
El gobernador de California, Gavin Newsom, destacó que la nueva alerta de vientos peligrosos ha reforzado el despliegue de bomberos para mitigar los incendios. El SMN advirtió que el clima podría ser “particularmente peligroso” este martes, lo que pone a la región en una situación de alto riesgo, especialmente en zonas montañosas y agrícolas.
A pesar de los esfuerzos por controlar la propagación, las condiciones meteorológicas podrían dificultar aún más las labores de extinción, especialmente si los vientos impiden la operación de aviones de extinción aérea. Las autoridades recomiendan estar alertas y seguir las indicaciones de seguridad en caso de evacuación.