México en la mira de Trump: el papel de China en el comercio norteamericano genera tensiones

La creciente inversión china en México ha captado la atención de Washington y generado tensiones en la dinámica comercial de América del Norte. Durante su mandato, Donald Trump desató una guerra comercial con China que benefició indirectamente a México, ya que diversas empresas optaron por trasladar su producción al país para evitar los aranceles estadounidenses. Sin embargo, Trump sostiene ahora que las empresas chinas están utilizando a México como un «caballo de Troya» para ingresar al mercado estadounidense sin pagar impuestos, lo que podría poner en riesgo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El sector de los vehículos eléctricos (VE) destaca como un área de especial interés. Aunque Trump ha exagerado al afirmar que las empresas chinas están construyendo fábricas masivas en México, la realidad es que el país ha visto un crecimiento en inversiones relacionadas con la manufactura de autopartes y ensamblaje de vehículos. Este desarrollo ha permitido a muchas empresas cumplir con los requisitos del T-MEC y acceder al mercado estadounidense libre de aranceles, lo que alimenta las preocupaciones políticas en Washington sobre la creciente influencia de China en la región.

Funcionarios mexicanos consideran que las críticas hacia la inversión china son desproporcionadas, especialmente en comparación con los altos niveles de inversión que China mantiene en Estados Unidos. No obstante, el gobierno de México está tomando medidas para mitigar las tensiones, como la creación de un organismo que evalúe inversiones extranjeras y el fomento de la producción nacional de componentes clave, como baterías de litio y microchips. Estas acciones buscan fortalecer la relación con Estados Unidos y Canadá, pero enfrentan desafíos, como la falta de recursos para competir con los subsidios norteamericanos.

Mientras tanto, expertos advierten que México podría enfrentar consecuencias negativas si no logra proteger su posición en las cadenas de suministro regionales. Si las empresas chinas comienzan a desplazar a las mexicanas en sectores estratégicos, el país podría revivir el retroceso que experimentó frente a China en las exportaciones hacia Estados Unidos a principios de los 2000. En este contexto, la colaboración entre México y Estados Unidos se perfila como esencial para fortalecer las capacidades productivas de América del Norte frente a la competencia asiática.