Los sistemas de salud en Estados Unidos y Reino Unido están en alerta debido al aumento de casos de norovirus, una infección altamente contagiosa que puede provocar vómitos y diarrea graves y repentinos. Esta enfermedad se transmite principalmente a través de alimentos, agua contaminada y superficies, así como por el contacto cercano con personas infectadas.
A finales de diciembre, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido recomendó que las personas enfermas se queden en casa para evitar la propagación del virus. Los síntomas del norovirus suelen aparecer entre 12 y 48 horas después de la exposición y pueden durar de uno a tres días. Aunque muchas personas se recuperan sin necesidad de tratamiento, los niños pequeños, los adultos mayores y aquellos con afecciones médicas previas pueden experimentar deshidratación grave y necesitar atención médica.
El norovirus se propaga rápidamente en entornos cerrados como hospitales, asilos, guarderías y escuelas, y sus síntomas incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, malestar general, fiebre ligera y dolor muscular. En Estados Unidos, los casos han aumentado significativamente después de la Navidad, reportando el doble de casos en comparación con años anteriores.
Los expertos recomiendan mantenerse bien hidratado con líquidos y sueros, evitando el uso de antibióticos, ya que no son efectivos contra el virus. Además, es importante seguir ciertas medidas preventivas como lavarse las manos con frecuencia, desinfectar superficies contaminadas y lavar la ropa con agua caliente.
En cuanto al contagio, el norovirus puede sobrevivir en telas y superficies hasta por un mes, por lo que se recomienda el uso de detergentes y agua caliente para la limpieza. Según las autoridades de salud del Reino Unido, el 3 de enero se reportó que 528 camas de hospital fueron ocupadas por personas afectadas por el virus, un aumento del 40% en comparación con años anteriores.