A principios de julio, un hallazgo sorprendente en las costas del sur de Nueva Zelanda captó la atención de científicos y autoridades locales. Se trataba del cadáver de una ballena de aproximadamente 4,8 metros de largo, con una coloración distintiva y dientes desprendidos, que se considera la más rara del mundo. Conocida como ballena de dientes de pala, mesoplodón de Bahamonde o zifio de Travers, esta criatura nunca ha sido documentada con vida.
Solo existen seis ejemplares conocidos de esta especie, y hasta 2010, los científicos desconocían su apariencia. El hallazgo, realizado cerca de la desembocadura del río Taieri, en la isla Sur, representa una oportunidad única para estudiar a fondo a esta especie esquiva, que hasta ahora ha sido muy difícil de investigar debido a su comportamiento en aguas profundas.
El cadáver fue descubierto el 4 de julio y, rápidamente, fue almacenado en un congelador para preservar el estado del espécimen. El experto en ballenas de dientes de pala, Anton van Helden, quien ha dedicado más de 35 años al estudio de esta especie, declaró con seguridad que el animal encontrado pertenece a esta rara especie, basándose en características como su coloración y la disposición de sus dientes y mandíbula.
La ballena de dientes de pala es un tipo de zifio, un mamífero marino que pasa la mayor parte de su vida buceando a grandes profundidades, lo que dificulta su observación y estudio. La especie fue identificada como única en 2002, cuando un equipo de científicos, liderado por van Helden, analizó restos óseos recolectados en Nueva Zelanda y Chile a lo largo de varias décadas. Aunque la especie fue descrita por primera vez en 1874, hasta hace poco, poco se sabía de su biología y hábitos.
La posibilidad de diseccionar este ejemplar podría ofrecer información crucial sobre la especie, desde su anatomía hasta su dieta y hábitos de vida. Sin embargo, antes de poder proceder con el análisis, los científicos deberán consultar a la comunidad indígena maorí local, que considera a las ballenas como seres sagrados. Este proceso podría demorar debido a la significancia cultural de los animales para los maoríes.
Este descubrimiento también marca un importante avance en la conservación y el estudio de especies marinas raras, y podría arrojar nuevas pistas sobre la biología de los zifios y sus diferencias respecto a otras especies marinas poco conocidas.