El Fuerte, Sinaloa, fue el epicentro de un sismo de magnitud 4.1 registrado este sábado 16 de diciembre a las 2:04 horas (hora del centro). Según el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el temblor ocurrió a 27 kilómetros al oeste de la ciudad, con una profundidad de 7.6 kilómetros. Aunque de magnitud moderada, el evento generó inquietud entre los habitantes de la región, quienes sintieron el movimiento en plena madrugada.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) exhorta a la población a mantenerse informada exclusivamente a través de fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil locales, estatales y federales. También se hace un llamado a revisar las viviendas en busca de daños estructurales, evitar el uso de fuego hasta descartar fugas de gas y mantenerse alerta ante posibles réplicas. Además, se recuerda la importancia de conservar la calma y priorizar la seguridad personal y familiar.
Para minimizar riesgos durante un sismo, las autoridades recomiendan preparar un plan de protección civil, organizar simulacros de evacuación y ubicar zonas seguras en casa, escuela o lugar de trabajo. También es clave contar con una mochila de emergencia que incluya alimentos no perecederos, agua, documentos importantes y un botiquín de primeros auxilios. Estas medidas pueden marcar la diferencia en momentos de crisis.
México se encuentra en una de las regiones más activas del mundo en términos geológicos, debido a la interacción de diversas placas tectónicas. Este contexto ha dado lugar a sismos históricos como el devastador terremoto de 1985, de magnitud 8.2, y el de 2017, con una magnitud de 7.1, que afectaron gravemente a la Ciudad de México y otras zonas del país. Sin embargo, el sismo más fuerte registrado ocurrió en 1787 en Oaxaca, con una magnitud de 8.6, causando incluso un tsunami.
Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) advierten que fenómenos de gran magnitud podrían repetirse en el futuro. La llamada Brecha de Guerrero es una zona de especial atención debido a su potencial para generar terremotos significativos. Por ello, la preparación y la educación sobre medidas de seguridad son esenciales para mitigar los efectos de estos fenómenos naturales, que forman parte de la realidad geológica del país.