Cada año, entre 100 y 200 perros son abandonados tras las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe, un fenómeno que representa un grave problema para la salud pública y la seguridad de los animales, según informó Tania Orozco, bióloga de la Agencia de Atención Animal de la Ciudad de México (CDMX).
Los animales que quedan en la zona tras la multitudinaria celebración quedan desorientados, heridos y en riesgo debido a la cercanía de las vías rápidas. A partir de hoy, 13 de diciembre, iniciará una operación de rescate para localizar a estos perros y brindarles un hogar temporal, con la esperanza de encontrarles finalmente un hogar permanente.
El abandono de estos animales genera diversas consecuencias negativas, tanto para el medio ambiente como para la salud. Las heces de los perros pueden contaminar el área, y el hecho de que muchos de ellos no cuenten con un cuadro preventivo de salud podría facilitar la propagación de enfermedades en la zona.
Otro factor de riesgo es la ubicación de la Basílica, ya que las calles de la zona son vías rápidas donde los perros pueden extraviarse fácilmente y, al mismo tiempo, poner en peligro sus vidas.
Además de rescatar a los llamados «perritos peregrinos», la Agencia de Atención Animal también ofrece servicios médicos, alimentos y agua a las personas que asisten con sus mascotas, para garantizar su bienestar.
Para evitar que los perros se queden en la zona, se recomienda a los peregrinos tomar precauciones antes de salir, como asegurarse de que sus mascotas estén resguardadas en casa. Asimismo, se debe evitar dejar restos de comida o basura que puedan atraer a perros callejeros, contribuyendo así al problema del abandono.
El gobierno de la Ciudad de México, en conjunto con diversas fundaciones, trabaja para ofrecer refugio y atención médica a estos animales, a la vez que se hace un llamado a la responsabilidad de los peregrinos para evitar que sus mascotas los sigan o queden abandonadas en la vía pública.