Las ligas de fútbol europeas, incluyendo La Liga española, junto con la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), presentaron una denuncia ante la Comisión Europea contra la FIFA, el pasado lunes 14 de octubre. La acusación se centra en el abuso de la posición dominante de la FIFA al establecer los calendarios de las distintas competiciones de fútbol.
Según el comunicado de los demandantes, la FIFA impone decisiones sobre el calendario internacional, lo que se considera un abuso que infringe la legislación de la Unión Europea. La reciente jurisprudencia resalta la necesidad de que la FIFA ejerza sus funciones regulatorias de manera transparente, objetiva y no discriminatoria, para evitar conflictos de interés.
Durante una conferencia de prensa en Bruselas, titulada «Protegiendo la salud de los futbolistas y salvaguardando la sostenibilidad de las ligas nacionales en Europa», representantes de FIFPro Europa, La Liga y la Premier League criticaron la falta de diálogo entre la FIFA y las ligas nacionales en la organización de los calendarios de competiciones internacionales.
El presidente de La Liga, Javier Tebas, cuestionó el uso que hacen la FIFA y la UEFA de su posición, la cual ha sido reconocida como un monopolio por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Tebas enfatizó que ambas instituciones, esenciales para el desarrollo del fútbol, están ejerciendo un abuso de su poder.
Tebas también destacó que él se reúne con los sindicatos de fútbol en España para acordar el calendario y afirmó que este enfoque debería replicarse a nivel mundial. Lamentó que el fútbol aún opere bajo «las mismas normas que hace diez años», señalando que el deporte ha evolucionado significativamente desde entonces.
La denuncia presentada por las ligas europeas y FIFPro subraya una creciente preocupación sobre la gestión y regulación del fútbol a nivel internacional. Este conflicto pone de manifiesto la necesidad de un diálogo más constructivo entre la FIFA y las ligas nacionales para garantizar la sostenibilidad y el bienestar de los futbolistas, así como para adaptarse a las nuevas realidades del deporte. La resolución de este asunto podría tener un impacto significativo en la gobernanza del fútbol en Europa y más allá.