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El Papa Francisco reveló que, desde 2013, dejó por escrito su carta de renuncia en caso de que su estado de salud le impidiera continuar con su labor al frente de la Iglesia Católica. Jorge Bergoglio, quien asumió el Pontificado el 13 de marzo de ese año, aseguró en diversas entrevistas que este documento fue entregado al entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y se presume que ahora se encuentra en poder de su sucesor, Pietro Parolin.
Actualmente, Francisco sigue ejerciendo su ministerio, aunque su salud ha sido motivo de preocupación en los últimos años. Este miércoles 19 de febrero, la Oficina de Prensa del Vaticano publicó su catequesis titulada “La visita de los Magos al Rey recién nacido”, debido a que el Santo Padre no pudo presentarla en persona. Se encuentra hospitalizado en el Hospital Agostino Gemelli, donde recibe tratamiento para superar una neumonía bilateral, mostrando signos de mejoría.
A lo largo de su pontificado, el Papa ha sido cuestionado en múltiples ocasiones sobre la posibilidad de hacer efectiva su renuncia, especialmente durante sus hospitalizaciones o cuando sus problemas de movilidad lo han obligado a utilizar una silla de ruedas. Sin embargo, ha restado importancia a estos rumores, asegurando que solo tomaría esta decisión si fuera estrictamente necesario.
En una entrevista concedida en 2022 al diario español ABC, Francisco explicó con humor que su renuncia ya está firmada y que, si llegara el momento, alguien simplemente tendría que solicitar el documento. También afirmó que, de retirarse, no adoptaría el título de «Papa emérito» ni viviría en el Vaticano, sino que sería un «obispo emérito de Roma». Su postura sigue generando debate en la Iglesia, especialmente tras la histórica renuncia de Benedicto XVI en 2012, la primera en más de 600 años.