Durante su toma de protesta, Donald Trump reiteró una controvertida idea: cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de Estados Unidos”. Este anuncio forma parte de su visión de “redefinir” la posición de Estados Unidos en el mundo como la nación más poderosa y respetada, según sus propias palabras. Esta propuesta, mencionada previamente en conferencias de prensa, revive su intención de alterar mapas y nomenclaturas geográficas.
El mandatario ya ha causado polémica con declaraciones similares, como referirse a Canadá como el “estado 51” de Estados Unidos, su presión para comprar Groenlandia o la intención de recuperar el control del Canal de Panamá. En este contexto, renombrar el Golfo de México se suma a una serie de declaraciones que buscan proyectar una mayor influencia geopolítica de su país. Sin embargo, cambiar el nombre de un cuerpo de agua internacional no es una decisión unilateral, pues está regulado por la Organización Hidrográfica Internacional.
Históricamente, el Golfo de México ha llevado este nombre desde hace más de cuatro siglos. Su origen se relaciona con una antigua ciudad indígena estadounidense denominada “México” y su importancia náutica se remonta a registros del siglo XVI. Además, este nombre está reconocido oficialmente por organismos internacionales. Las autoridades mexicanas, por su parte, han enfatizado la relevancia histórica y cultural de esta denominación, y en tono irónico, algunos han respondido a la propuesta de Trump sugiriendo cambiar el nombre de Estados Unidos a “América Mexicana”.
No es la primera vez que surge la idea de renombrar el Golfo de México. En 2012, un legislador de Mississippi presentó un proyecto para llamar “Golfo de Estados Unidos” a las aguas que tocan ese estado, aunque luego lo calificó como una broma. Incluso el comediante Stephen Colbert satirizó esta idea en 2010 tras el derrame petrolero de Deepwater Horizon. La reciente insistencia de Trump, no obstante, ha provocado reacciones tanto de crítica como de incredulidad, subrayando las tensiones diplomáticas entre México y Estados Unidos.