Claudia Sheinbaum responde a Trump por proponer renombrar el Golfo de México

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, respondió este 8 de enero a la polémica propuesta del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió renombrar el Golfo de México como «Golfo de América». En su tradicional conferencia matutina, la mandataria federal destacó la relevancia histórica y cultural del nombre actual, respaldándose en un mapamundi de 1607 que evidencia el uso del término “Golfo de México” desde tiempos remotos. Sheinbaum además ironizó con una contraoferta: “¿Por qué no le llamamos América Mexicana? Se oye bonito, ¿no?”.

La propuesta de Trump, anunciada a días de asumir nuevamente la presidencia estadounidense, ha generado reacciones encontradas en ambos países. Según el expresidente republicano, el nuevo nombre refleja una «gran extensión de territorio» y resulta «apropiado» para la región. Incluso, la congresista Marjorie Taylor Greene declaró su intención de presentar un proyecto de ley para formalizar el cambio. No obstante, políticos mexicanos como Marcelo Ebrard criticaron la idea, subrayando que el Golfo de México mantendrá su denominación histórica y que el enfoque debe estar en fortalecer las relaciones bilaterales.

Durante su intervención, Sheinbaum señaló que el Golfo de México es reconocido oficialmente por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, afirmó que la propuesta de Trump podría derivar de un malentendido sobre la actualidad política mexicana: “Le informaron que en México todavía gobernaban Felipe Calderón y García Luna, pero no. En México gobierna el pueblo”, puntualizó. La mandataria enfatizó que, aunque el planteamiento es llamativo, confía en que la relación entre ambas naciones se mantendrá en un marco de respeto mutuo.

El Golfo de México debe su nombre a exploradores europeos durante la época de la colonización del continente americano, consolidándose como una región clave para el comercio y la expansión colonial. A pesar de su denominación histórica, civilizaciones precolombinas ya lo habían identificado con diversos nombres. La propuesta de rebautizar esta emblemática cuenca oceánica resalta tensiones en torno al simbolismo y la identidad cultural de la región, lo que ha avivado el debate entre las figuras políticas de ambos países.