El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, afirmó este lunes que la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos representa una oportunidad clave para que Israel obtenga soberanía sobre Cisjordania. Smotrich, una de las figuras más radicales del gobierno de Benjamin Netanyahu, sugirió que este sería el momento adecuado para consolidar la ocupación israelí en los asentamientos de Judea y Samaria, como se conoce a la región de Cisjordania en la terminología israelí. De hecho, Smotrich planteó 2025 como fecha para la extensión de la soberanía israelí en estos territorios.
En un comunicado, el ministro indicó que ya dio instrucciones a las autoridades israelíes encargadas de los asentamientos en Cisjordania para comenzar con los preparativos necesarios para extender la soberanía, lo que incluiría la mejora de la infraestructura en la zona.
Smotrich también se mostró firme en su rechazo a la creación de un Estado palestino, al considerarlo un «peligro», y subrayó que, a pesar de las posibles críticas internacionales, Israel siempre ha recibido apoyo de sus socios, citando los Acuerdos de Abraham con países árabes como ejemplo. En ese sentido, expresó su confianza en que el presidente Trump apoyará la iniciativa israelí.
Sin embargo, estas declaraciones fueron condenadas por la comunidad internacional. El canciller de la Unión Europea, Josep Borrell, denunció que las propuestas de Smotrich suponen un «claro paso hacia la anexión ilegal» de Cisjordania, subrayando que contravienen el derecho internacional y los derechos de los palestinos. Además, Borrell advirtió que este tipo de retórica pone en peligro cualquier perspectiva de una solución de dos Estados para el conflicto israelo-palestino.
En respuesta a los recientes desarrollos, la cumbre árabe-islámica extraordinaria celebrada en Riad acordó establecer un mecanismo de coordinación entre la Liga Árabe, la Organización para la Cooperación Islámica y la Unión Africana, con el fin de avanzar hacia una solución para la guerra en Palestina. Por su parte, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, condenó la violencia israelí en Gaza y Líbano, calificando los ataques de «genocidio» y exigiendo el cese de las ofensivas.
En paralelo, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, denunció que Líbano enfrenta una crisis histórica sin precedentes, con pérdidas materiales millonarias y más de 100,000 viviendas dañadas. Mikati hizo un llamado a la comunidad internacional para presionar por un alto el fuego entre Israel y Hezbollah.
Por otro lado, Irán expresó su esperanza de que la administración estadounidense bajo Donald Trump ponga fin a las hostilidades entre Israel, Hamas y Hezbollah, aunque destacó que el gobierno de EE.UU. ha sido un defensor constante de las acciones de Israel en la región.
En las últimas 24 horas, las tropas israelíes han matado a 20 palestinos en Gaza y a al menos 14 en Líbano, lo que continúa intensificando las tensiones en la región.