La Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA), que agrupa a todos los corredores de la Fórmula 1, ha emitido un contundente comunicado en respuesta a las recientes decisiones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), presidida por Mohammed Ben Sulayem. El conflicto comenzó a principios de octubre, cuando la FIA introdujo nuevas normas para sancionar el uso de lenguaje vulgar por parte de los pilotos.
La polémica estalló después de que el presidente de la FIA, Ben Sulayem, advirtiera que se aplicarían sanciones más severas a los pilotos que usaran malas palabras. En particular, las declaraciones del dirigente causaron revuelo cuando se mencionó específicamente a Max Verstappen, quien reaccionó con desdén ante las restricciones. Durante la rueda de prensa previa al Gran Premio de Singapur, Verstappen respondió a la nueva norma con una frase contundente: «En el momento en que comencé la clasificación, ya sabía que el coche estaba jodido», un comentario que fue interpretado por la FIA como una infracción de la nueva normativa. Posteriormente, el piloto neerlandés fue citado a la sala de dirección de carrera y se le impuso la obligación de realizar un servicio comunitario. Además, Charles Leclerc también fue sancionado con una multa de 10.000 euros por usar la palabra «joder».
La GPDA, encabezada por los pilotos Alex Würz y George Russell, no tardó en responder a las decisiones de la FIA. A través de un comunicado oficial, los pilotos expresaron su desacuerdo con las nuevas medidas y defendieron su derecho a expresarse de manera natural. El mensaje de la GPDA subraya que los pilotos son profesionales que compiten en la élite del automovilismo y que el uso de ciertos términos, como «joder», no debe ser considerado una infracción grave. Según la asociación, hay una diferencia clara entre el lenguaje insultante y las expresiones informales usadas para describir frustraciones en la pista.
La GPDA también pidió al presidente de la FIA que reflexionara sobre su propio tono y lenguaje al dirigirse a los pilotos. «Nuestros miembros son todos adultos y no necesitan instrucciones sobre asuntos personales como el uso de joyas o ropa interior», enfatizó el comunicado, aludiendo a la polémica que surgió a principios de temporada cuando la FIA prohibió el uso de ciertos accesorios personales por razones de seguridad.
Además de las críticas a las sanciones por lenguaje, la GPDA aprovechó para reiterar su solicitud de transparencia financiera en relación con las sanciones impuestas por la FIA. Según los pilotos, la falta de claridad sobre cómo se distribuyen los fondos generados por las multas es un tema que debe ser discutido abiertamente. «Hemos estado pidiendo al presidente de la FIA durante tres años detalles sobre hacia dónde van las sanciones financieras. Queremos una discusión abierta para que nuestro deporte se beneficie», concluyó la asociación.
La creciente tensión entre los pilotos y la FIA podría tener repercusiones importantes en el futuro cercano, y es probable que el tema del control del lenguaje y la transparencia financiera continúe siendo uno de los principales puntos de discusión en la Fórmula 1.